Solo 1 de cada 5 miembros de un equipo opina que el sistema de desempeño elegido por su empresa lo hace sentir motivado.
La información está tornándose cada vez más transparente y visible. No necesitamos un jefe que nos ponga una estrellita o un tache cada 6 meses o una vez por año. A la velocidad que requiere el mundo, queremos un jefe que nos aliente, que genere con cada error una oportunidad de aprender y crear valor, que impulse la curiosidad y nos quite piedras del camino, el team actual, está buscando más un perfil de Coach que de jefe.
Simplemente, en 2016, se perdieron 2 millones de horas en evaluar el desempeño con una frecuencia que no permite implementar un cambio (una o dos veces ¡al año!).
Gallup señala que el costo de gerenciamiento de mala calidad y productividad perdida sólo en E.U. es de 960 a 1,2 trillones de dólares. Ese es el costo de la falta de compromiso.
Las evaluaciones de desempeño se crearon en el siglo III para evaluar a los oficiales del servicio civil, utilizándose en múltiples guerras como medio para identificar a los soldados que serían dados de baja.
Trampa #1: Estas evaluaciones siempre resultan en una comparación del individuo con la mayoría. Tal como ahora, un gerente podría caer en el error de elegir a quién poner en el ranking más alto, basado en datos aislados o sesgados.
Trampa #2: Nuestro cerebro ahorra glucosa economizando datos así que tendemos a generalizar. Se dice “Es buen vendedor, lo ascenderé a gerente”, con la lógica de que si es bueno en algo entonces es bueno en todo. Es malo en esto, así que es malo en todo; es mal elemento.
Las evaluaciones:
- Fallan en establecer expectativas claras.
- Fallan en impulsar la mejora continua.
- Fallan en inspirar a los empleados en trabajar de mejor manera.
Para cambiar, haría falta identificar las prácticas inefectivas para transformarlas. Esto se llama Coaching Efectivo de desarrollo de desempeño, reemplazando las evaluaciones por cortas iteraciones de retroalimentación en el momento. Y puedes empezar adoptando una poderosa herramienta: aumentar la frecuencia del feedback y de preguntas poderosas.
¿Qué decir, cuándo decir y cómo decirlo para mejorar el rendimiento del equipo?
Como jefe, tienes la valiosa oportunidad de relacionarte con tu gente todos los días. ¡Tienes la oportunidad de ser un líder a diario! Empezando por abrir tus miedos sin sentir que te estás cortando al cabeza, o perdiendo autoridad. Al contrario, estarás invitando de esta manera al equipo a correr riesgos para expresar su visión, metas y temores. Imagina un feedback basado en la sensación de: “Te acompaño”, “Atrévete” «Aprendamos juntos».
Tú puedes, con coaching efectivo, ayudar a la gente a que sienta satisfacción por lo que hace.
¡Comparte para inspirar a tus colegas!
Autor:
Marcela Fernández
Principal – Liderarte Performance & Coaching
México-Argentina