Desafiarnos no solo significa ir en busca de un nuevo objetivo, también desafiarnos es mantener, sostener, disfrutar lo que tenemos como un algo maravilloso.
Ambos escenarios requieren de una lectura ajustada de la realidad, de pensamiento creativo, de soltar los miedos, de visión para mirar más allá de lo obvio, de desarmar creencias limitantes, de saber sostener con el corazón y la razón como una unidad.
Imagínate en distintos escenarios: tener una familia, mantener la armonía y cordialidad en una amistad, sentir que estamos trabajando en el lugar y con las personas que acompañan nuestros sueños. Querer crecer económicamente e ir en busca de nuevos horizontes, viajar, cambiar de trabajo o país, incursionar en espacios desconocidos.
Podríamos pensar que mantener armonía y cordialidad en una amistad sería desafiarnos a que el estado de “mantener” perdure. Y si pensara en crecer económicamente podría pensar que es un nuevo desafío. Sea cual fuera la característica del desafío, requiere de un plan en mano y revisión entre lo que pienso, quiero y siento.
Si te preguntara hoy, aquí y ahora ¿cuál es tu desafío para mantener eso que amas inmensamente?
Y ¿cuál es el desafío que deseas emprender para obtener algo distinto de lo que ya tienes?
Trabaja en ello.
Piensa, siéntelo, desmenuza la situación, ve los pro y los contra, observa, observa con tus ojos y con los ojos de tu corazón.
Mira si depende solo de ti o necesitas ayuda.
Observa qué tienes que aprender, donde y con quiénes.
Y da el salto que seguramente hará una gran diferencia en ti y las personas implicadas en esa relación o situación.
Adelante! Que tengas un maravilloso día.
Autor:
María Gámez .
Coordinadora Campus 33 / Liderarte
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