Tu forma de medir el desempeño ¿te arroja datos? pero ¿no motiva a las personas?
Solo piensa en la predisposición emocional en la que caemos cuando se trata de comparar desempeño, medir el ranking, empujar a la fuerza laboral con un sistema de calificación nacido de las fuerzas armadas. ¡Cómo aplicar esta terminología sin sentir que se deshumaniza al equipo!
Observa nada más en esta tabla la comparación entre una visión antigua, de las empresas que batallan con registrar avance pero no están logrando que el personal muestre iniciativa. Compáralo con el enfoque que propone el Coaching Efectivo.
Cambiar la cultura, empezando por los términos y guiando el nuevo enfoque requiere cierto tipo de liderazgo en los colaboradores. El empleado necesita oportunidades de crecer, un buen jefe, interés en el tipo de trabajo que se le ofrece, entre otras cosas.
Un jefe de quien esperar comunicación directa e instantánea, claridad de objetivos y prioridades, que sea alguien que también rinda cuentas y que aporta feedback continuo como parte de la comunicación.
Las cifras son decepcionantes pues el 47% de la población recibe retroalimentación una sola vez por año. Las tres inquietudes frecuentes del jefe que requiere formarse como líder, son:
Si el jefe es un buen coach va a eliminar barreras, dejar las puertas abiertas, detectar oportunidades y orientar para ajustar las expectativas. Aprovecha estas pautas del Coaching Efectivo para tener conversaciones que impacten en la respuesta favorable de cada miembro:
¡Aplícalo y verás cómo las circunstancias cambian!
Autor:
Marcela Fernández
Principal – Liderarte Performance & Coaching
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